Cuando un valor se mueve como en una tómbola
Prisa está teniendo un comportamiento excepcional en los últimos tiempos. No sólo en alza, sino también en la actual corrección global de corto plazo que también nuestro principal índice está manejando con mayor tranquilidad que el conjunto de la renta variable occidental.
Venir largo en el valor y estar tranquilo, como lo hace Bolságora con su estrategia abierta en la zona de los 2.20 euros, no es sencillo. La volatilidad que protagonizan valores que rebotan con fuerza tras procesos de caída como los que protagonizan empresas que ven seriamente amenazada su viabilidad en algún momento, es siempre muy elevada.
Tomas de beneficios, reducción de la talla de posición, protección con derivados o directamente asumirlo como parte de un todo y bien diversificado son "trucos" que utilizamos en Bolságora para soportar la endiablada volatilidad de muchos valores. Porque la volatilidad no va a desaparecer.
El valor, que podría necesitar mayor corrección a la luz del impresionante volumen que se produjo en la zona de los 4 euros en el primer ataque a la misma -este tipo de volúmenes explosivos suelen estar ligados a liquidaciones de paquetes por parte de manos fuertes-, tiene en el nivel de negocio su mejor aliado estructural dado que lo que hemos visto es una vuelta en súper-"v" en toda regla; patrón típico de vuelta de los procesos de pánico o exuberancia. Incluso la pauta de volumen encaja con ese perfil.
Para nosotros lo peor de la caída se ha visto, pero la posibilidad de serias correcciones no va a desaparecer de la noche a la mañana, ni van a existir muchas ventanas de trading equilibradas debido a la naturaleza de este tipo de procesos de alta volatilidad.
